viernes, 1 de octubre de 2010
miércoles, 24 de marzo de 2010
La problematica Social a fines del XIX
Introduccion.
Este articulo tiene como fin, brindar un panorama historico general del principio del siglo XX, a modo de graficar el escenario nacional y local ,en el momento historico que emerge el liceo de niñas en Iquique.Un 26 de abril de 1900 . Beldramina Rojas Diaz
Presidente Errazuriz y su gabinete (1896 - 1901
Mujeres cocinando en las salitreras
El crecimiento económico generado por la industria minera instalada en la zona norte del país fue fecundo para la acumulación de grandes fortunas entre los empresarios chilenos y para que el Estado pudiera desarrollar una vasta red de obras públicas. Sin embargo, la mayor parte de la población chilena no recibió los beneficios del progreso económico; por le contrario, tras la fastuosa imagen de los capitanes de la industria chilena, se escondía una dura y trágica realidad social.
En primer lugar el despegue de la economía chilena implicó el surgimiento de una serie de oleadas migratorias desde el campo a la ciudad, o en su defecto desde el campo a las oficinas salitreras del norte del país. Las grandes urbes chilenas no estaban preparadas para recibir los repentinos y vastos flujos de población proveniente del campo, y debido a la escasez de viviendas, los recién llegados a los centros urbanos se debieron instalar en las inmediaciones de las industrias y se ubicaron en habitaciones precarias y deficientes.
Conventillo.
De esta forma surgieron algunas de las tradicionales viviendas chilenas como los “cuartos redondos”, los “conventillos”, los “ranchos”; los primeros de ellos, eran habitaciones sin luz ni ventilación en las que se ubicaban todos los miembros de un grupo familiar; los “conventillos” eran complejos de viviendas compuestos por un conjunto de habitaciones que se disponían a ambos lados de una calle interior que servía de pasillo; finalmente, los “ranchos” eran precarias construcciones realizadas a base de abobe y con techumbres de paja.
Las pésimas condiciones habitacionales y el extremo hacinamiento eran factores que elevaban considerablemente las posibilidades de multiplicación de enfermedades pandémicas, a lo que se agregaban problemas de alcantarillado, dificultades para la evacuación de aguas servidas, y complicaciones severas en la extracción de la basura.
Hospital de beneficencia de iquique
sta compleja situación en materia de salubridad pública derivó en la aparición de enfermedades asociadas a las malas condiciones higiénicas como la peste bubónica, la tuberculosis, la difteria, la neumonía y otras. El delicado panorama que debían enfrentar los bolsones de campesinos era completado con la propagación de enfermedades de contagio sexual y con una alta tasa de alcoholismo en la población.
Las pésimas condiciones que debían enfrentar los obreros de las ciudades, no diferían en mucho con las que debían lidiar los mineros del salitre en las oficinas del norte del país; de hecho, sus precarias habitaciones eran construidas con un componente metálico denominado calamina, el que hacía a las viviendas de los mineros casi inhabitables puesto que por el día no aislaban las altas temperaturas, y por las noches no protegían a los trabajadores y sus familias de los inclementes fríos desérticos. La situación sanitaria también era deficiente debido a la carencia de profesionales de la salud para atender a una masa de población en constante aumento.
En el aspecto laboral los obreros industriales y los mineros del salitre se hallaban aún más desprotegidos, ya que no existía una legislación al respecto y los abusos patronales eran perpetrados cotidianamente en las industrias y en las oficinas salitreras. Para el periodo de la llamada República Salitrera no existían los contratos de trabajo ni menos los sistemas de previsión; por el contrario, eran usuales las jornadas laborales de 14 horas de duración.
La pulperia, lugar donde se abastecian en la epoca
Las pésimas condiciones laborales eran aumentadas en las oficinas salitreras a través del sistema de fichas, el que implicaba que a los mineros no se les cancelaban sus remuneraciones con dinero de curso legal, sino que por medio de fichas confeccionadas con diversos materiales que servían como instrumento de pago en las pulperías emplazadas en cada oficina; lo paradójico del asunto es que las pulperías eran de propiedad de las mismas salitreras, lo que en la práctica significaba que el producto del trabajo de los mineros era acumulado en última instancia por los dueños de las propias salitreras.
Escuela Santa Maria, donde se vivio unos de los epizodios mas
Las precarias condiciones sociales y laborales en las ciudades, pero especialmente en las oficinas salitreras, originaron la aparición de un conjunto de organizaciones y movimientos sociales que agrupaban y que canalizaban las demandas de los obreros y mineros. Estas organizaciones se sumaron a las ya existentes como la Sociedad Unión de Tipógrafos, fundada en 1853 en la ciudad de Santiago y a la Sociedad de Artesanos de la Unión. En el año1900 se fundó el Congreso Social Obrero, organización que aglutinaba a más de 150 sociedades obreras, y en el año 1909 surgió la Federación Obrera de Chile (más conocida por su sigla FOCH).
La organización de los trabajadores en las oficinas salitreras dio paso a la aparición de la denominada “prensa obrera”, la que consistía en periódicos dirigidos a los mineros y que entre sus principales mensajes difundían la idea de la huelga como una herramienta de lucha contra la explotación y como medio de presión para obtener mejoras en sus prácticas laborales. Debido a la inexistente legislación laboral, las huelgas eran de carácter ilegal y eran violentamente reprimidas por las fuerzas policiales y por los servicios de guardias contratados por los dueños de las salitreras.
La represión contra las manifestaciones obreras y en especial contra las huelgas fue una constante del periodo que analizamos y las fuentes periodísticas dan cuenta de una considerable suma de enfrentamientos entre grupos de obreros y fuerzas policiales, e incluso algunas veces, contra contingentes compuestos por elementos militares.
En el año 1903, durante la huelga de los estibadores y obreros portuarios, las fuerzas policiales enviadas por el gobierno regional a romper el movimiento obrero, asesinaron a cerca de 50 manifestantes; en el año 1905, a instancias de la “huelga de la carne” ocurrida en la ciudad de Santiago, las fuerzas policiales cobraron 70 victimas entre los obreros; sin embargo, el hecho más controversial que sacudió a la sociedad chilena fue la “matanza de la Escuela de Santa María” acaecida en el año 1907, como corolario de una masiva huelga protagonizada por los trabajadores de las salitreras de la provincia de Tarapacá. Las cifras oficiales hablan de una cifra cercana a los 500 muertos, aunque otras fuentes señalan que el número de victimas de la represión militar se elevó por sobre las 2.000 personas.
Por el contrario, gracias al auge económico que propició la elevada demanda de salitre, las clases dominantes atravesaban por una realidad absolutamente opuesta a la trágica realidad que debía enfrentar el grueso de los trabajadores chilenos en las ciudades y en las oficinas salitreras. Los sectores dominantes de la sociedad chilena fueron los principales beneficiados del boom del salitre y gracias a sus vinculaciones con la industria minera y la industria agropecuarias sus fortunas aumentaron enormemente.
CALLE_L__URIBE__AL_FONDO_PLAZA_PRAT
RESIDENCIA_FAM__ASTORECA_1920
La gran cantidad de recursos de que disponían los acaudalados empresarios chilenos les permitieron construir enormes y fastuosas mansiones y palacetes, los cuales generalmente eran amoblados con mobiliario importado desde Europa. La práctica de consumir productos de lujos europeos se extendió a la educación y comúnmente los hijos de los miembros de la clase dominante eran enviados a completar sus estudios a Francia.
Junto a la emergencia del proletariado industrial sometido a pésimas condiciones de vida y trabajo, y a la extraordinaria bonanza que experimentó la oligarquía minera y agrícola, en el periodo de la República Salitrera comenzó a consolidarse un estrato social que había mejorado sus condiciones, principalmente, gracias al aparato público de educación, el que tradicionalmente ha sido denominado clase media. En efecto, la clase media en este periodo aumentó su número debido al crecimiento del sistema educativo, y coyunturalmente, por causa de al expansión del aparato administrativo.
Traslado de obreros
El complejo panorama social de Chile en el periodo que marco el paso del siglo XIX al siglo XX fue enfrentado de forma tibia y débil por los respectivos gobiernos que dirigieron al estado chileno. En materia laboral sólo se realizaron tenues esfuerzos por mejorar las paupérrimas condiciones en que se debían desempeñar la mayor parte de los trabajadores nacionales; en el caso de las oficinas salitreras, las iniciativas estatales destinadas a detener los abusos a los que estaban sometidos los trabajadores del salitre, fueron nulas debido a la alta influencia de los empresario salitreros en las políticas gubernamentales, ya que su industria representaba más del 90% de las entradas fiscales, por medio del pago de impuestos aduaneros.
Como señalamos recién, las iniciativas del estado en materia social fueron casi inexistentes y se limitaron a un conjunto de disposiciones puntuales y descontextualizadas que no afectaron mayormente la suerte de los trabajadores del país. Entre estas disposiciones podemos mencionar a la denominada “Ley de Habitación Obrera”, dictada en el año 1606; la “Ley de la Silla”, promulgada en 1915; y finalmente a la ley de Accidentes del Trabajo y la ley de Descanso Dominical, ambas del año 1916.
http://www.escolares.net/trabajos_interior.php?Id=370
Este articulo tiene como fin, brindar un panorama historico general del principio del siglo XX, a modo de graficar el escenario nacional y local ,en el momento historico que emerge el liceo de niñas en Iquique.Un 26 de abril de 1900 . Beldramina Rojas Diaz
Presidente Errazuriz y su gabinete (1896 - 1901
Mujeres cocinando en las salitreras
El crecimiento económico generado por la industria minera instalada en la zona norte del país fue fecundo para la acumulación de grandes fortunas entre los empresarios chilenos y para que el Estado pudiera desarrollar una vasta red de obras públicas. Sin embargo, la mayor parte de la población chilena no recibió los beneficios del progreso económico; por le contrario, tras la fastuosa imagen de los capitanes de la industria chilena, se escondía una dura y trágica realidad social.
En primer lugar el despegue de la economía chilena implicó el surgimiento de una serie de oleadas migratorias desde el campo a la ciudad, o en su defecto desde el campo a las oficinas salitreras del norte del país. Las grandes urbes chilenas no estaban preparadas para recibir los repentinos y vastos flujos de población proveniente del campo, y debido a la escasez de viviendas, los recién llegados a los centros urbanos se debieron instalar en las inmediaciones de las industrias y se ubicaron en habitaciones precarias y deficientes.
Conventillo.
De esta forma surgieron algunas de las tradicionales viviendas chilenas como los “cuartos redondos”, los “conventillos”, los “ranchos”; los primeros de ellos, eran habitaciones sin luz ni ventilación en las que se ubicaban todos los miembros de un grupo familiar; los “conventillos” eran complejos de viviendas compuestos por un conjunto de habitaciones que se disponían a ambos lados de una calle interior que servía de pasillo; finalmente, los “ranchos” eran precarias construcciones realizadas a base de abobe y con techumbres de paja.
Las pésimas condiciones habitacionales y el extremo hacinamiento eran factores que elevaban considerablemente las posibilidades de multiplicación de enfermedades pandémicas, a lo que se agregaban problemas de alcantarillado, dificultades para la evacuación de aguas servidas, y complicaciones severas en la extracción de la basura.
Hospital de beneficencia de iquique
sta compleja situación en materia de salubridad pública derivó en la aparición de enfermedades asociadas a las malas condiciones higiénicas como la peste bubónica, la tuberculosis, la difteria, la neumonía y otras. El delicado panorama que debían enfrentar los bolsones de campesinos era completado con la propagación de enfermedades de contagio sexual y con una alta tasa de alcoholismo en la población.
Las pésimas condiciones que debían enfrentar los obreros de las ciudades, no diferían en mucho con las que debían lidiar los mineros del salitre en las oficinas del norte del país; de hecho, sus precarias habitaciones eran construidas con un componente metálico denominado calamina, el que hacía a las viviendas de los mineros casi inhabitables puesto que por el día no aislaban las altas temperaturas, y por las noches no protegían a los trabajadores y sus familias de los inclementes fríos desérticos. La situación sanitaria también era deficiente debido a la carencia de profesionales de la salud para atender a una masa de población en constante aumento.
En el aspecto laboral los obreros industriales y los mineros del salitre se hallaban aún más desprotegidos, ya que no existía una legislación al respecto y los abusos patronales eran perpetrados cotidianamente en las industrias y en las oficinas salitreras. Para el periodo de la llamada República Salitrera no existían los contratos de trabajo ni menos los sistemas de previsión; por el contrario, eran usuales las jornadas laborales de 14 horas de duración.
La pulperia, lugar donde se abastecian en la epoca
Las pésimas condiciones laborales eran aumentadas en las oficinas salitreras a través del sistema de fichas, el que implicaba que a los mineros no se les cancelaban sus remuneraciones con dinero de curso legal, sino que por medio de fichas confeccionadas con diversos materiales que servían como instrumento de pago en las pulperías emplazadas en cada oficina; lo paradójico del asunto es que las pulperías eran de propiedad de las mismas salitreras, lo que en la práctica significaba que el producto del trabajo de los mineros era acumulado en última instancia por los dueños de las propias salitreras.
Escuela Santa Maria, donde se vivio unos de los epizodios mas
Las precarias condiciones sociales y laborales en las ciudades, pero especialmente en las oficinas salitreras, originaron la aparición de un conjunto de organizaciones y movimientos sociales que agrupaban y que canalizaban las demandas de los obreros y mineros. Estas organizaciones se sumaron a las ya existentes como la Sociedad Unión de Tipógrafos, fundada en 1853 en la ciudad de Santiago y a la Sociedad de Artesanos de la Unión. En el año1900 se fundó el Congreso Social Obrero, organización que aglutinaba a más de 150 sociedades obreras, y en el año 1909 surgió la Federación Obrera de Chile (más conocida por su sigla FOCH).
La organización de los trabajadores en las oficinas salitreras dio paso a la aparición de la denominada “prensa obrera”, la que consistía en periódicos dirigidos a los mineros y que entre sus principales mensajes difundían la idea de la huelga como una herramienta de lucha contra la explotación y como medio de presión para obtener mejoras en sus prácticas laborales. Debido a la inexistente legislación laboral, las huelgas eran de carácter ilegal y eran violentamente reprimidas por las fuerzas policiales y por los servicios de guardias contratados por los dueños de las salitreras.
La represión contra las manifestaciones obreras y en especial contra las huelgas fue una constante del periodo que analizamos y las fuentes periodísticas dan cuenta de una considerable suma de enfrentamientos entre grupos de obreros y fuerzas policiales, e incluso algunas veces, contra contingentes compuestos por elementos militares.
En el año 1903, durante la huelga de los estibadores y obreros portuarios, las fuerzas policiales enviadas por el gobierno regional a romper el movimiento obrero, asesinaron a cerca de 50 manifestantes; en el año 1905, a instancias de la “huelga de la carne” ocurrida en la ciudad de Santiago, las fuerzas policiales cobraron 70 victimas entre los obreros; sin embargo, el hecho más controversial que sacudió a la sociedad chilena fue la “matanza de la Escuela de Santa María” acaecida en el año 1907, como corolario de una masiva huelga protagonizada por los trabajadores de las salitreras de la provincia de Tarapacá. Las cifras oficiales hablan de una cifra cercana a los 500 muertos, aunque otras fuentes señalan que el número de victimas de la represión militar se elevó por sobre las 2.000 personas.
Por el contrario, gracias al auge económico que propició la elevada demanda de salitre, las clases dominantes atravesaban por una realidad absolutamente opuesta a la trágica realidad que debía enfrentar el grueso de los trabajadores chilenos en las ciudades y en las oficinas salitreras. Los sectores dominantes de la sociedad chilena fueron los principales beneficiados del boom del salitre y gracias a sus vinculaciones con la industria minera y la industria agropecuarias sus fortunas aumentaron enormemente.
CALLE_L__URIBE__AL_FONDO_PLAZA_PRAT
RESIDENCIA_FAM__ASTORECA_1920
La gran cantidad de recursos de que disponían los acaudalados empresarios chilenos les permitieron construir enormes y fastuosas mansiones y palacetes, los cuales generalmente eran amoblados con mobiliario importado desde Europa. La práctica de consumir productos de lujos europeos se extendió a la educación y comúnmente los hijos de los miembros de la clase dominante eran enviados a completar sus estudios a Francia.
Junto a la emergencia del proletariado industrial sometido a pésimas condiciones de vida y trabajo, y a la extraordinaria bonanza que experimentó la oligarquía minera y agrícola, en el periodo de la República Salitrera comenzó a consolidarse un estrato social que había mejorado sus condiciones, principalmente, gracias al aparato público de educación, el que tradicionalmente ha sido denominado clase media. En efecto, la clase media en este periodo aumentó su número debido al crecimiento del sistema educativo, y coyunturalmente, por causa de al expansión del aparato administrativo.
Traslado de obreros
El complejo panorama social de Chile en el periodo que marco el paso del siglo XIX al siglo XX fue enfrentado de forma tibia y débil por los respectivos gobiernos que dirigieron al estado chileno. En materia laboral sólo se realizaron tenues esfuerzos por mejorar las paupérrimas condiciones en que se debían desempeñar la mayor parte de los trabajadores nacionales; en el caso de las oficinas salitreras, las iniciativas estatales destinadas a detener los abusos a los que estaban sometidos los trabajadores del salitre, fueron nulas debido a la alta influencia de los empresario salitreros en las políticas gubernamentales, ya que su industria representaba más del 90% de las entradas fiscales, por medio del pago de impuestos aduaneros.
Como señalamos recién, las iniciativas del estado en materia social fueron casi inexistentes y se limitaron a un conjunto de disposiciones puntuales y descontextualizadas que no afectaron mayormente la suerte de los trabajadores del país. Entre estas disposiciones podemos mencionar a la denominada “Ley de Habitación Obrera”, dictada en el año 1606; la “Ley de la Silla”, promulgada en 1915; y finalmente a la ley de Accidentes del Trabajo y la ley de Descanso Dominical, ambas del año 1916.
http://www.escolares.net/trabajos_interior.php?Id=370
sábado, 13 de marzo de 2010
domingo, 11 de octubre de 2009
domingo, 23 de agosto de 2009
miércoles, 19 de agosto de 2009
Elena Caffarena
"Me rebelaba contra lo que se supone era el camino natural de las jóvenes de mi tiempo, que sólo pensaban en bordar, tocar el piano y esperar que un joven buenmozo golpeara su puerta".
Elena Caffarena Morice nació el 23 de marzo de 1903 en Iquique, cuando el salitre hacía resplandecer la ciudad y en la pampa imperaba una durísima explotación. Hija del empresario textil italiano Blas Caffarena Chiozza, fue la tercera de siete hermanos. Estudió en el Liceo de niñas de Iquique hasta 5º de Humanidades, luego de lo cual se trasladó a Santiago. En la capital continuó con sus estudios en el Liceo Nº 4 de Santiago, para ingresar, después, a la escuela de leyes de la Universidad de Chile. Era una mujer muy hermosa, de hecho fue elegida Reina de la Primavera en las fiestas de los estudiantes de 1923. Pero eso no era lo que la satisfacía. Como estudiante de derecho, Elena Caffarena participó en trabajos de educación a obreros y obreras. Conoció a Recabarren y con su amiga María Marchant, estudiante de pedagogía, y fueron las primeras mujeres en incorporarse a la Fech. Se casó con Jorge Jiles, compañero de estudios y de ideales, con quien fueron una pareja de abogados siempre al servicio de los más pobres. Esos primeros pasos orientaron la acción de Elena Caffarena hacia la idea de la emancipación de la mujer, una idea global que tiene como objetivo último, el pleno desarrollo de la mujer en una sociedad democrática y justa. Obtiene su título de abogada en 1926 en la Universidad de Chile, convirtiéndose en una de las primeras 15 juristas mujeres del país. Ya en esa época se declaraba "feminista por vocación democrática". En 1935 fundó, con otras destacadas feministas el Movimiento de Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH), que sería el referente articulador de una vasta movilización de mujeres en torno a sus derechos como madres, trabajadoras y ciudadanas. Una de las reivindicaciones de la época era, sin duda, el voto femenino: en 1935, se logró que las mujeres tuvieran derecho a votar en las elecciones municipales y sólo en 1949 se aprobó la ley que permitió votar a las mujeres en todo tipo de elección. Elena Caffarena fue una de las redactoras del cuerpo legal pero, paradójicamente, no fue invitada a la ceremonia de promulgación por parte del entonces presidente Gabriel González Videla, celebrada con gran ostentación en el Teatro Municipal de Santiago. Tres días después del acto, González Videla dictó la Ley de Defensa de la Democracia, popularizada como "ley maldita", porque proscribió todas las actividades del Partido Comunista, y la líder fue acusada injustamente de comunista, ya que nunca se afilió a partido alguno. Como jurista, hizo importantes aportes. Entre los más significativos se encuentra un libro titulado "Capacidad de la mujer casada en relación a sus bienes". Allí sustentó una idea revolucionaria: "algo que debe ser vital y obligatorio para que exista el matrimonio y es la obligación de amarse. Sin esto la institución no puede ser realidad". Desde el gobierno del Presidente Aguirre Cerda, Elena se desempeñó como representante del gobierno en el Consejo Nacional de Niño, realizando durante 38 años una labor muy intensa en favor de los menores y sus familias. En 1974, el gobierno militar la separa del cargo que, por lo demás, había ejercido gratuitamente. En los años 80, dio una batalla en defensa de los derechos humanos, y su casa se convirtió en un lugar clandestino de reuniones de mujeres víctimas de la represión y fue una de las fundadoras del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (Codepu). Aunque el MEMCH se disolvió en 1953, Elena Caffarena y Olga Poblete, su amiga de toda la vida, además de su biógrafa, se mantuvieron activas muchos años más. Olga murió en 1999, pero se dio el tiempo para escribir la historia de su amiga que, bajo el título "Una mujer. Elena Caffarena", fue publicada en 1993. En sus últimos años Elena Caffarena se mantuvo silenciosa, recibiendo la visita de sus nietas, nietos y bisnietos. Falleció el 19 de julio de 2003. Links: - MujeresChile.cl - Mujeres Hoy - Tesis de Elena Caffarena para la Universidad de Chile
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Encarnación Rosa Quispe Huanca (1957)
Nacida en la Comuna de Pozo Almonte, Pampa del Tamarugal, Provincia de Iquique, 1ª Región de Tarapacá,
Con estudios:
Primaria: Escuela Fundación Montenegro de Junoy de La Huayca
Secundaria: Liceo de Niñas de Iquique.
Superior: Universidad Arturo Prat de Iquique Profesora y Licenciada en Pedagogía Intercultural Bilingüe (aymara - castellano)
Culmina su estudios satisfactoriamente y una vez titulada, trabaja como profesora por un periodo de cuatro años en el Instituto Agrícola "Kusa Yapu" que significa "Buena cosecha", especialmente dirigido a alumnos de origen Aymara de la región. Allí enseña lengua Aymara, música y danza andina. Durante ese periodo postula para estudiar a una Maestría en la misma especialidad en la Universidad Mayor de San Simón Cochabamba Bolivia. Siendo aceptada y luego egresa diplomada en Educación Intercultural Bilingüe con mención en Gestión, Planificación y Evaluación, en el año 2000.
Durante toda su carrera ha enseñado lengua Aymara, dictando clases en la Universidad donde se formó, a sus mismos pares. Ha realizado diferentes investigaciones en esta misma línea. Ha capacitado en cultura y lengua Aymara en:
a) Servicio Salud de Iquique
b) Minera Colorado y otros.
c) Ha hecho traducciones de textos, afiches, cartillas y señalé ticas en Aymara.
d) Condujo un Programa radial denominado "Aymar Aru" "Voz Aymara" y cooanimadora de eventos en lengua Aymara.
Dentro de otras actividades de difusión cultural relacionado con a lengua Aymara ha grabado un CD con música Infantil Bilingüe, Aymara - castellano junto a su grupo musical "Uma Nayra" = "Ojo de agua" esto debido a la necesidad urgente de crear material didáctico para el aprendizaje de la lengua Aymara.
Actualmente trabaja como Docente de lengua Aymara en la Universidad Arturo Prat de Iquique y como Encargada del Programa de Capacitación en Salud Continua Intercultural del Servicio de Salud de Iquique en convenio con el Programa Orígenes.
http://www.logoslibrary.eu/pls/wordtc/new_wordtheque.w6_home_author.home?code_author=17288&lang=ES
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